Hace unos días, en una plática en nuestra colonia con Angel Hernandez el candidato a la presidencia municipal de Nogales, surgió el tema del amarillismo en los medios locales y el se comprometió a regular la venta o la exhibición de este tipo de medios en la vía pública.
Hoy me topo con este artículo publicado en YoInfluyo.com sobre el mismo tema donde se enfocan de una manera distinta para atacar el mismo problema. Está un poco extenso pero muy interesante.
¡Dinos qué quieres!
Luz del Carmen Abascal Olascoaga
Estás harto del amarillismo, de los contenidos escandalosos que nada aportan a tu vida. Estás harto de ver sangre en las fotografías de los periódicos, de enterarte de escándalos relacionados con la vida privada de los personajes públicos, y de información que no informa, que no te ayuda a tomar mejores decisiones.
Estás harto de las malas noticias… pero las buenas tampoco te llaman la atención porque carecen de ese gancho escandaloso que tanto te disgusta, ¡ah!, ¡pero cómo te atrae! Estás harto, estás harto... Pero...
Pero sigues consumiendo exactamente esos mismos periódicos, sigues aceptando los mismos noticieros, te sigues entreteniendo con las mismas telenovelas, series, películas que criticas porque “están malísimas”, pero que, de una forma u otra, te tienen pegado a la pantalla.
Sigues leyendo esas notas rojas: que si AMLO le llamó “chachalaca” al Presidente, que si Angelina Jolie tiene problemas con Brad Pitt, que si Hugo Chávez se peleó con el rey de España… información toda ella vana y superflua, diseñada para entretenerte y para distraerte de lo verdaderamente importante.
Para entretenernos está el circo, el teatro, el cine… No necesitamos que los medios de información se conviertan también en cirqueros…
Hay cosas sucendiendo en el mundo… cosas que dejas pasar porque no están vestidas por la parafernalia del escándalo y del morbo; silenciosamente se aprueban leyes; sin que nadie se entere mueren miles de africanos de hambre, o en las guerras civiles… ¿pero quién se va a acordar de aquel continente pobre, marginado y dejado de la mano de Dios?
¡Hasta en las guerras hay clase! Y es más “bonito” sentir lástima de los blanquitos, y hacer películas de ellos, que de los negritos que de todas formas se van a morir de SIDA o de inanición uno de estos días. ¿Te parece dura mi expresión? Sí, tienes razón. Lo es. Pero, ¿te importa?
Poco a poco, los líderes del mundo ceden a ciertas filosofías que, en sí mismas, destruyen al ser humano. Pero tú te dejas deslumbrar por las luces de colores que se desprenden de las notas más ligeras de noticieros y periódicos… y estás ciego para conocer lo que se fragua en lo oscurito del anonimato.
Te escandalizas porque un sacerdote violó a un niño, y tienes razón, es terrible… y sin embargo, no te enterneces cuando un religioso entrega su vida entera para servir no a una, sino a miles y miles de personas, cambiándoles la vida para bien a muchas de ellas. Terrible lo primero, pero heroico lo segundo.
Dinos, pues, qué es lo que quieres. ¿Quieres escándalo?
¡Adelante! Muchos, muchísimos medios de comunicación te lo ofrecen… ¿Quieres análisis profundo, serio, información que te ayudará a ser mejor como persona, a tomar mejores decisiones? ¡Demuéstralo! Consume contenidos que sí te aporten, y deja de zamparte todo lo que los grandes empresarios de la información te imponen en sus medios.
Pero si consumes escándalo, no te quejes de que el mundo sea escandaloso... Si consumes amarillismo, no te extrañes de que a tu alrededor suecedan cada vez más cosas trágicas. Porque los medios son un espejo del mundo, reflejan lo que el mundo es… pero también lo configuran a su antojo.
Si quieres una realidad mejor, comienza mejorando tu selección de información. No pierdas tu tiempo en cosas que no valen la pena… ¡Dinos qué quieres!, pero sobre todo, ¡dítelo a ti mismo!